Carreteras rurales

La red de carreteras francesa se ha desarrollado especialmente para responder a las necesidades de apertura de un territorio muy extenso. El 98% de esta red es gestionada actualmente por las autoridades locales, los consejos departamentales, las metrópolis urbanas y los municipios. El estudio del buen funcionamiento de la red viaria debe incluir las características geométricas de las carreteras (perfil longitudinal -pendientes, curvas y rectas-, sección transversal -anchura de la calzada y arcenes- y pendientes laterales para evacuar la lluvia), los equipamientos que aumentan la seguridad (señalización horizontal -en el suelo- o lateral -señalización-; barandillas, etc.), pero también observar a los usuarios en el tráfico

El estudio de la evolución de las infraestructuras viarias y el análisis de las zonas de riesgo, así como el comportamiento de los usuarios en relación con la evolución de las carreteras, permiten elaborar un diagnóstico y proponer formas de mejorar la seguridad de los usuarios.

Además, el análisis de los informes elaborados con motivo de los accidentes con lesiones corporales graves ocurridos en estas carreteras o calles permite comprender mejor las causas y, por tanto, identificar las disfunciones del sistema entorno-vehículo-usuario que provocaron el accidente o contribuyeron a agravar sus consecuencias.

El 59.5% de las víctimas mortales en las carreteras francesas se producen en carreteras fuera de las zonas urbanizadas (excluyendo las autopistas, pero incluyendo las autovías). La media europea (resultados de 2020) de la proporción de muertes en carretera en estas vías fuera de las zonas urbanizadas es del 46,6%. Este porcentaje es del 57.9% en el Reino Unido, el 54.8% en España, el 41.4% en Alemania y el 47.6% en Italia. Si nos fijamos en el número de fallecidos, esto significa que en 2020 Francia tuvo 1.497 muertos en sus carreteras fuera de las zonas urbanizadas, mientras que Alemania solo tuvo 1.126 (cifra extrapolada), Italia 1.139, Reino Unido 846 y España 751.

Según el estudio ISOMERR-Ménages realizado por el Ifsttar (ISOMERR - Ménages) basado en datos de 2008, el riesgo de morir por cada mil millones de kilómetros recorridos es significativamente mayor para las personas que viven en zonas rurales que para las que viven en zonas urbanas. Un automovilista que viva en una zona rural tiene 1,5 veces más probabilidades de morir que uno que viva en una ciudad mediana (de 20.000 a 100.000 habitantes), y 2,7 veces más que uno que viva en una ciudad grande (más de 100.000 habitantes).

Francia tiene especificidades territoriales que dificultan las comparaciones. Su población es equivalente a la de Italia y el Reino Unido, y menor que la de Alemania. Sin embargo, su superficie y la longitud de la red de carreteras francesa son mucho mayores: el mantenimiento y la mejora de una red de carreteras de este tipo representan un coste importante para el contribuyente francés y limitan la proporción de la red que puede mejorarse hasta alcanzar un alto nivel de servicio. El volumen de tráfico global en Francia es el tercero, por detrás de Alemania e Italia, pero por delante del Reino Unido. Sin embargo, debido a su tamaño, la red de carreteras francesa es más capaz de absorberlo, el tráfico es menos denso, lo que favorece la velocidad libre, y los accidentes son por tanto muy graves. A pesar de que las velocidades máximas autorizadas son más elevadas que en Francia, en Alemania y el Reino Unido, en las carreteras situadas fuera de las zonas urbanizadas, la velocidad suele ser bastante limitada.

medio ambiente e infraestructuras - redes de carreteras y equipamientos